“Hay algo inevitablemente nostálgico en ver a la familia crecer. En aceptar que tenemos otro lugar en nuestras vidas. Que ya no somos los hijos ni los hermanos pequeños, sino los adultos que miran desde otro lado.”

“Una bolsa con cosas. Eso fue lo que me llevé. Le faltaban todos los componentes para poder llamarse maleta: las gafas de una miope, el cepillo de dientes con su pasta, pantalones de sobra, camisetas de distintos tipos para no parecer un cerdito pordiosero, lentillas “por si acaso”, un segundo par de zapatos, skincare y, sobre todo, estilo.”

“Tengo claro que Astrid Lindgren no solo inventó a aquella pelirroja intrépida: levantó un mundo entero donde invitaba a las niñas a soñar y a ser ellas mismas.Quizás por eso, de manera inconsciente, he querido sentirla siempre cerca eligiendo a mis compañeras de vida con una vena pipilota. Ellas me recuerdan a calzas largas y eso me hace muy feliz”

Azul y blanca, o de todos los colores. Con corte recto, oversize, un toque masculino; manga corta —pero nunca minúscula— y, siempre, por favor, 100% algodón. Una prenda de toda la vida merece una composición de toda la vida: noble, fresca y clásica. Las camisetas de rayas son así: o las heredas y se convierten en tu ojito derecho, o nunca terminan de ser tuyas. Se parecen a las lentejas: o las tomas o las dejas.

“Hay días en los que me parece maravillosa. Otros, en cambio, me resulta tristísima. Lo que tengo sí tengo claro es que su capacidad de entrar sigilosamente en cualquier lugar y de inundar de misterio cada rincón me fascina. Me alucina. De un segundo a otro, lo que parece evidente se esconde bajo una capa extraña y convierte lo visible en invisible de una forma curiosamente bella y orgánica.”